7mo.
Panel.- Psic. Jorge Ferrando . Director del Instituto del Niño
y Adolescente del Uruguay.-(INAU)
Moderador: Periodista Antonio Sánchez
JORGE FERRANDO:
Muchas gracias, a esta hora que empiezan a chiflar la barrigas,
vamos a integra todo lo que ha sido una nueva perspectiva en lo que ha
sido el trabajo de esta mañana, que es el pensar sobre los aspectos,
sico-sociales relacionados con la pobreza. Y por eso en el trasfondo que
elegí para la presentación, de una balanza como símbolo
de la justicia, porque no hay proyecto de país posible, no hay
proyecto de salida posible, sin valores y sin pensar en la justicia social,
como orientador de las distintas propuestas.-
Pensar en la pobreza entonces, no es tanto pensar en la pobreza, es pensar
en gente, es pensar en personas, que viven en situaciones y condiciones
de pobreza y ese es como el otro aspecto, que las políticas económicas,
las políticas de salud, las políticas sociales en general,
tienen que formar parte de un sistema, que en última instancia
su éxito o su fracaso depende de cómo se trabaja con las
personas, que hoy están viviendo estas condiciones de pobreza,
cual es el enfoque, cuales son las perspectivas que podemos proporcionar
y cuales son las capacidades que generamos en nosotros mismos, para poder
realmente generar un trabajo colectivo, un trabajo en conjunto de salida.-
Pobreza.
Vamos entonces a la primera presentación, donde yo he tratado de
representar la sociedad, como una pirámide donde encontráremos
distintos grupos, extractos clases sociales y quisiera trabajar brevemente
con tres conceptos, que han ido diciéndonos algunas cosas sobre
esto, de lo que hoy estamos hablando.-
El concepto de pobreza, que nos refiere fundamentalmente a aquellos sectores,
de la población más bajos de la sociedad. Y entonces la
pobreza nos refiere desde esa perspectiva fundamentalmente a aspectos
vinculados a los ingresos y a la satisfacción de algunas necesidades
básicas.
Marginación.
Fue apareciendo también el concepto de marginación o de
marginados haciendo referencia a aquellos sectores que en la estructura
social están como un poco adentro, un poco afuera, no, el margen
como eso, no, estar allí en los bordes que empieza como una referencia
también a la pobreza y a su ubicación en las ciudades como
poblaciones en las periferias, en los márgenes de las ciudades
para dar cuenta de un fenómeno social y dar cuenta el problema
de funcionamiento en la estructura económica social. Pero a su
vez el descubrimiento de que la situaciones de marginación no sólo
se producen por lo temas del empleo o por la satisfacción e las
necesidades básicas sino que hay otros factores que generan diferencias
sociales vinculados a la identidad sexual, vinculados a la perspectiva
del análisis de género, vinculados a los temas raciales
o étnicos, vinculado también a lo generacional. Y entonces
nos encontramos con que, en definitiva, el modelo que se propone como
modelo integrado social es del adulto, blanco, de clase media, con trabajo,
varón y entonces nos encontramos con que por cuestiones de raza,
o si es un niño, si es un adolescente, si es un adulto mayor, si
es de color negro o si asume una identidad homosexual, será fruto
de marginaciones. Entonces la marginación es un concepto que nos
refiere a las relaciones de poder en la sociedad, al concepto de normalidad
y a todo aquello que de algún modo vamos dejando a un costado porque
no encaja en ese modelo ideal de sociedad. Y posteriormente aparece y
asume cada vez más fuerza el concepto de exclusión o de
excluidos que es un término que se empieza a manejar en Europa
para dar cuenta fundamentalmente de aquellas poblaciones que aunque tuvieran
a través de la Seguridad Social satisfechas algunas de sus necesidades
básicas, de todos modos no tenían una inserción activa
a nivel de la educación, de la salud o del empleo pero en última
instancia el concepto de exclusión aparece fuertemente asociado
al concepto de ciudadanía. Es decir a que todos, niñas,
niños, adolescentes, hombre, mujeres, tengamos un rol activo en
la sociedad, desde el lugar donde estemos.
Estrategias.
Y claro, la mirada acerca de estas distintas situaciones es diferente
según en qué lugar estemos. Yo por ejemplo, soy un profesional,
vengo de una familia de clase media, tengo un determinado nivel de ingresos
y bueno, y si miro la sociedad desde acá, voy a tener una perspectiva
de los distintos hechos y acontecimientos que si la miro desde acá,
o desde un costado, o si la miro más desde afuera. De modo de que
pensar estrategias implica no sólo encuentros sino, y sobre todo
aprender a trabajar con los desencuentros, por qué, porque las
distintas historias, las distintas miradas nos llevan a confrontarnos
en la práctica y si no tenemos la capacidad de negociar y de generar
a partir de las distintas perspectivas lineamientos claros de trabajo,
entonces podremos aplicar políticas asistenciales que en lugar
e transformar esta realidad estructural, lo que va a hacer es seguirla
reproduciendo. Por eso entonces la referencia aquí a nuevos y viejos
conceptos la pobreza que refiere a nivel de ingresos y necesidades básicas
las marginaciones que dan cuenta de la idea de normalidad en una sociedad
y las distintas relaciones de poder que se generan, el concepto de exclusión
como un proceso multifuncional vinculado al trabajo, a la educación,
a las redes sociales que se tejen, a la ubicación espacial o geográfica.
Cambios.
Como sociedad entiendo que estamos viviendo dos cambios muy profundos,
uno ya referido de tener en situación de pobreza cerca de la mitad
de los niños y adolescentes, y ojo que nos hemos acostumbrado,
y recuerdo a la maestra profesora Reina Reyes que hace muchos años
escribió aquel libro “Para qué futuro educamos”,
a pensar en los niños como futuro, son un presente, es algo que
tenemos hoy, no es sólo que va a pasar con ellos o qué van
a hacer ellos cuando sean grandes, es qué está pasando con
ellos ahora, cuáles son nuestras estrategias de salud, de educación,
de recreación, para que realmente vayamos desde el nacimiento generando
las capacidades que permitan el desarrollo de personas autónomas
con posibilidades de decisión, con posibilidad de ejercicio ciudadano.
Las situaciones económicas y sociales que han incrementado en años
anteriores los indicadores de pobreza y que ahora por suerte, a partir
de un conjunto de políticas y de acciones nos muestran una reducción,
si lo pensamos desde la perspectiva de la dinámica psicosocial
y cultural no alcanza. Por qué, porque el nivel de deterioro que
se produce en los procesos de empobrecimiento no se revierten solamente
por los indicadores de empleo o de actividad, sino que la situación
de pobreza va generando como dije entonces determinadas pautas sociales,
psicológicas, culturales, que tienden a reproducirla. Generan estrategias
de sobrevivencia en la gente, modos de relacionarse entre sí, con
los poderes públicos, con las instituciones que se acercan desarrollando
programas sociales que entonces tienden a seguir reproduciendo, y las
posibilidades de reversión de eso son de mucho más largo
plazo. Uno de los problemas cruciales entonces, hoy lo planteaba el ministro,
está vinculado a cómo esas dinámicas, ciclos sociales,
van generando una situación de fragmentación donde las políticas
educativas no están logrando las respuestas de inserción
activa, de niñas, niños y adolescentes y entonces podemos
estar en una situación de reactivación del mercado de trabajo
y de posibilidades de empleo para gente, que en realidad no está
capacitada porque no tuvo desee sus primeros años de vida la posibilidad
de desarrollar esas capacidades, que le permitan manejarse en una sociedad
cambiante.
El segundo cambio fundamental que es la consideración de las niñas,
niños y adolescentes como sujetos de Derecho. No son hombrecitos
a expensas de lo que los adultos, o niñas, a expensas de lo que
los adultos queramos hacer de ellos hasta los 18 años, sino que
en cada etapa d su vida, de acuerdo a su desarrollo evolutivo, se produce,
se tiene que producir un cambio muy profundo, un verdadero descoloque
de su ubicación en el mundo adulto para generar estos espacios.
Porque acá también hay relaciones de poder y el modelo que
tenemos internalizado desde que nacemos es un modelo de dominación
donde los padres mandamos a nuestros hijos, donde maestros y profesores
le indican a los alumnos lo que tienen que hacer, donde el médico
le dice todo lo que tiene que hacer al paciente, que tiene que ser muy
paciente. Y así en cada una de las áreas de las que estemos
hablando.
Algunos aspectos
de la dinámica psico-social.
Por un lado el Uruguay es un país que a pesar de su tamaño,
de su población, es un país que tiene realidades diferentes,
no es un país homogéneo. No es lo mismo la pobreza de algunos
barrios de Montevideo, e la pobreza que podrá darse en Rocha, o
si estamos hablando de la población rural, o si estamos hablando
de Rivera, o de Paysandú, hay aspectos culturales que hacen a la
actividad económica en los ámbitos en los cuales se mueven,
el ámbito urbano, el ámbito rural, el obrero, el empleado
público, no, y hay distintos impactos de los fenómenos de
empobrecimiento que se han venido dando. Pero sin embargo hay algunas
características que dentro de esa heterogeneidad yo las veo como
realidades constantes. Por un lado, un constante vivir el presente y un
miedo al futuro, por qué, porque para sobrevivir se desarrollan
estrategias que están muy vinculadas al día a día
y proyectar aparece como algo ilusorio, como algo que en el fondo no vale
la pena porque en realidad mi sobrevivencia depende de lo que día
a día voy haciendo, para obtener los recursos que me permitan seguir
viviendo. Y el futuro aparece como algo imposible a veces como de agarrar,
de asir, de descubrir, bueno, qué va a ser de esto, que va ser
de mí. Estrategias de sobrevivencia legales e ilegales,¿
no?, y acá hay muchos intereses económicos en juego, para
explotar a los pobres al servicio de redes de narcotráfico, redes
de explotación sexual. Estoy llegando de Rivera y estuve los dos
días pasados participando en un seminario en conjunto con organizaciones
del Brasil en el marco de un convenio Uruguay-Brasil donde el INAU está
teniendo un rol activo, donde se estuvo analizando especialmente estas
distintas modalidades de explotación sexual, que son parte de una
estrategia de sobrevivencia de los pobres, pero manejados por no pobres,
con un enorme poder económico.
Lo vincular
como aspecto central.
Muchas veces, en la dinámica familiar, de las familias más
pobres, por esa misma situación de precariedad se pasa a veces
de momentos de gran sobreprotección al abandono por no poder manejarse,
por no poder moverse activamente frente a las diversas frustraciones del
día a día.
En términos del trabajo hay un concepto que se empezó a
desarrollar hace algunos años que es el de empleabilidad, ¿no?,
está idea de que ya es muy difícil proyectar aquello de
que uno entra a trabajar en un lado y sigue allí muchos años,
y que entonces lo que hay que desarrollar son determinados conocimientos
y capacidades que le permita a la persona tener posibilidades de inserción
en distintos empleos.
No hay una palabra similar que hayamos inventado para las dinámicas
psicosociales, pero entiendo que la capacidad de vinculación tiene
enorme importancia para poder manejarse en distintos escenarios. Yo creo
que ya no nos sirve hablar de crisis de las familias. En realidad tenemos
distintas realidades familiares que tienen una dinámica y realidades
bien diferentes a las que estábamos acostumbrados. Y entonces lo
que tendremos que desarrollar, desde los primeros años de vida,
es esa capacidad de vinculación con aquellas personas capaces,
dispuestas a brindar afecto, apoyo u orientación, a ser capaz de
poner límites sin castigar, de orientar y de servir como modelos
de vida y de inserción en las siguientes etapas de la vida. Entre
los más pobres hay una sobrevaloración del cuerpo, porque
el cuerpo es la base sobre la que se obtiene el sustento,¿ no?,
es la dificultad que se ve en los centros de salud cuando las madres,
por ejemplo embarazadas no quieren ir a los controles, cuando los trabajadores
han tenido accidentes, o han tenido problemas de columna o distintos tipos
de situaciones que no quieren ir al médico, no quieren hasta que
ya no dan más porque en el cuerpo, en el trabajo físico
se apoya el sustento del día a día. Es el cuerpo, también,
que se utiliza para la prostitución infantil, o para poner la droga
dentro del cuerpo. La pobreza está sobrevalorando, fuertemente,
dentro de esa estrategia, el uso del cuerpo, más que las capacidades
intelectuales. El lenguaje por la acción, lo mismo, ¿no?.
Cuando se asocia tanto, y en esto los medios sin dudas tienen un papel
primordial en uno y otro sentido, a la violencia con la pobreza, en realidad
es apenas uno de los tantos que se manifiestan en la sociedad, pero que
tiene que ver muchas veces con que la forma de dialogar o de relacionarse
pasa más por la acción que por la palabra. Con una visión
muchas veces fatalista, la visión de que la pobreza se reproduce,
que viene de generación en generación y que es muy difícil
salir de esto, y de aprovechar las oportunidades que brindan los distintos
servicios, las iglesias, los organismos estatales, las organizaciones
de la sociedad civil, tener ya armado una especie de itinerario de rutina
de dónde puedo obtener alimento, dónde puedo conseguir la
ropa y aprovechar esas oportunidades que socialmente se brindan, pero
que si solamente quedan en una tarea asistencial de nuevo no van a estar
modificando esta dinámica, sino que por el contrario, la van a
estar consolidando.
Es también entonces muy importante pensar aquí el papel
de la escuela, de las distintas instituciones sociales en la medida en
que especialmente la escuela es la institución social que tiene
más alcance con relación a las niñas y los niños
y a lo adolescentes y hoy no está dando respuestas. Y muchas veces
tendemos a culpabilizar a los pobres por el fracaso escolar cuando yo
creo que mucho de esto, como casi todos los problemas en la vida, tiene
que ver con el tema de la relación. Qué tipo de vínculo
establecemos con quienes viven en situación de pobreza, lo que
queremos es una nueva colonización, que actúen, piensen
y funcionen dentro de nuestros esquemas, dentro de lo que para nosotros
está bien. O seremos capaces de tratar de comprender cuáles
son esos valores, esas pautas culturales que se generan en la condición
de pobreza para saber cómo desde ahí iniciar procesos de
transformación que también nos incluye.
Cambio cultural.
Por eso este cambio cultural que implica la consideración de niños,
niñas y adolescentes como sujetos de Derecho, y esta necesidad
de dislocar, de dar vuelta, de subvertir nuestro enfoque de pobreza, tiene
que ver también con cómo concebimos el poder adulto,¿
no?, porque nosotros como adultos, y unido esto también a los otros
niveles de poder que ya hemos mencionado a nivel de lo económico,
de lo social, de lo cultural, nosotros somos los que definimos los modelos,
lo que hay que conocer, los programas, las normas, las conductas aceptables
y no aceptables.
Una nueva
cultura, una nueva institucionalidad.
Pero muchos de estos modelos están en crisis y por lo tanto hoy
tenemos que generar nuevas dinámicas que permitan ir trabajando
en conjunto. Primero tenemos que aceptar que estamos en crisis y , yo
diría, en relación a los adolescentes, ¡vaya si estaremos
en crisis!, qué dificultad que tenemos para poder comprender la
dinámica adolescente, su lenguaje, sus códigos, sus formas
de actuar y poder encontrar entonces, las formas de trabajar, desde allí,
para generar las condiciones, que no sean una mera imposición,
de lo que los adultos nos parece, que los adolescentes tienen que ser.
Cómo somos capaces de elaborar nuestros fracasos y los fracasos
de la gente con la que trabajamos. La vida de los pobres es una vida cargada
de frustraciones y fracasos y por eso muchas veces encontramos pasividad
o escepticismo frente a cualquier propuesta. El impacto e estos dos años
de planes articulados que van, que han ido permitiendo ese cambio en los
indicadores de pobreza, pueden estar abriendo puertas, pero que me parece
que todavía tenemos que reflexionar para pensar entonces en cómo
las políticas institucionales se adoptan la perspectiva socioeducativa
en el marco de las políticas sociales. Por eso, yo creo, que estamos
frente a cambios culturales profundos que implican pensar en una nueva
cultura para el país y generar una nueva institucionalidad que
esté en función de esos valores de justicia social y que
esté en función de una concepción, donde las transformaciones
de la sociedad se hacen en conjunto, y no por , de los valores de unos
a los otros.
Por lo tanto creo que tenemos que cuestionarnos el modelo de los programas
especiales,¿ no?, las escuelas de requerimiento prioritario, las
escuelas carencias. Bueno, si la mitad de los niños están
en situación de pobreza, ya no se trata de programas especiales,
se trata de una nueva institucionalidad, de un nuevo sistema educativo
que trabaje con esa realidad estructural que hay que ir transformando.
En un enfoque que ha estado muy relacionado a las carencias, trabajar
con las capacidades; no hay trabajo educativo posible, no hay transformación
social viable, si sólo vemos en la gente los defectos y las carencias.
La única posibilidad de transformación y de cambio educativo,
pasa por descubrir y valorizar las capacidades que cada uno tiene de conocimientos,
de vinculaciones, de afecto, la integración de los múltiples
espacios en que se aprende. El aprendizaje no está limitado al
sistema educativo, en la familia, en el barrio, a través de Internet,
a través de la televisión, todo el tiempo se está
recibiendo información que a veces se puede manejar, metabolizar
y otras veces no, pero el proyecto educativo tiene que ser integrador
de estos múltiples aprendizajes y de valores, y de códigos
que nuestras niñas, niños y adolescentes, se relacionan
a diario. De ahí que la experiencia educativa y los proyectos socioeducativos
tienen que trabajar fuertemente con la vida cotidiana y con la integración
de lo comunitario como un eje para estos proyectos de transformación.
De ahí entonces, la necesidad, de una integración de las
política sociales, una integración de los diferentes actores
en políticas de descentralización y de programas en el territorio.
Para terminar ustedes vieron, y este encuentro es una expresión
de eso, de que cada vez con más frecuencia hablamos de la importancia
de las redes y las articulaciones sociales. Una vuelta compartiendo la
mesa con el Dr. Carlevaro que fue Decano de Facultad de Medicina gran
impulsor del Proyecto ASPEC. Le digo: Carlevaro, explíqueme un
poco más cómo es esto de las articulaciones desde el punto
de vista médico, porque empecé a pensar en la artritis y
en la artrosis en lo social. Porque todos hablamos de las articulaciones,
los problemas de las articulaciones, los conflictos que se generan, el
me dijo, bueno, mira, discúlpenme los médicos si lo estoy
simplificando mucho, la artrosis implica ya un nivel de rigidización
que es irreversible, la artritis tiene que ver con un nivel de inflamación
que es posible de tratar. Entonces, a la hora de pensar en caminos de
salida, creo que vale también esta reflexión, pensar en
nuestras articulaciones, en nuestras distintas redes, estatales, con las
organizaciones de la sociedad civil evitando la rigidización que
nos paralice y cuidando de nuestras artritis para que no quedemos demasiado
inflamados y perdamos de vista de que es en el trabajo concreto, en día
a día con la gente, que se producen las transformaciones. Gracias
(Aplausos).-
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